¿Ser estrella del porno es una vocación? ¿Es algo que muchas chicas y chicos deseen cuando son jóvenes y tienen que encaminar su vida hacia un empleo? Seguramente pocos tienen claro que quieran dedicarse a la industria del sexo, porque al final el tabú todavía pesa demasiado. Las personas que trabajan en este oficio siempre deben enfrentarse al escrutinio de la gente, convertidos en ídolos, pero también señalados como vulgares y obscenos. Las cosas están empezando a cambiar en la nueva era de Internet, donde una profesional del porno puede mostrarse tal y como es más allá de las cámaras. Escribir poesía, tener un viñedo en Italia, dar el salto a la música o al cine comercial… Las barreras entre el porno y el resto del mundo están empezando a caer y la industria cada vez ofrece más posibilidades a una generación que ha nacido ya desinhibida.
¿Qué es lo que provoca que una chica joven y bonita quiera dedicarse al porno? ¿Qué lleva a una mujer a exponerse de esa manera? ¿Se hace solo por dinero, por deseo, por vicio, por una mezcla de todo? Cuando estamos viendo una escena pornográfica en la que la chica se deja hacer de todo por parte de su compañero, lo último en lo que pensamos es en qué la ha llevado a eso. Simplemente nos dejamos llevar por la escena y nos concentramos en el deseo que nos provoca. Eso es lo que mueve la industria, al fin y al cabo. El deseo del espectador, la búsqueda del placer. Precisamente así, Pleasure, se llama la película de la que vamos a hablar hoy. Un proyecto que dio mucho que hablar en el pasado año 2021 por mostrar una cara sorprendentemente realista del mundo del porno. Para muchos, romantizando la experiencia de involucrarse en la industria. Para otros, tratando de forma maniquea un tema con muchos matices. Como suele ser habitual, nunca llueve a gusto de todos, pero lo cierto es que Pleasure se ha convertido en una referencia dentro del cine comercial que se centra en el porno. Algo así como una revisión moderna de Boogie Nights, con un estilo muy diferente, eso sí.
Una película sueca
Pleasure es un proyecto que ha tardado varios años en cristalizar. El origen lo encontramos en un corto realizado en 2013 por la directora sueca Ninja Thyberg, que llegó a destacar en diversos festivales. De hecho, se hizo con un importante premio en Cannes, lo que puso en valor el potencial del proyecto. La idea de Thyberg siempre fue hacer un largometraje, pero tuvo que esperar unos años para conseguir financiación y una productora que le permitiera mantener la esencia del proyecto. Pleasure también tuvo problemas para estrenarse en el contexto de la pandemia, por lo que la película llegó un poco más tarde de lo previsto a las pantallas. Los derechos de distribución en Estados Unidos cambiaron de manos, lo que hizo que su estreno en aquel país también se retrasase.
El duro camino hacia el estrellato porno
Pleasure nos cuenta la historia de Lineka, una joven atractiva de tan solo 20 años que vive en un pequeño pueblo de Suecia, de donde quiere salir a toda costa. Ha imaginado varias vías para conseguir su emancipación, pero tiene claro que la que más le interesa es convertirse en una verdadera pornstar. Así pues, con el nombre de Bella Cherry, la joven sueca se muda a Los Ángeles, meca de esta industria, para alcanzar la fama al precio que sea. Allí comparte casa con varias compañeras, también actrices porno, y busca en ellas el apoyo que tanto necesita al verse sola en la gran ciudad. Bella comienza a trabajar en algunas escenas, guiada por los consejos de su manager.
Pronto se dará cuenta de la gran competitividad que existe en el mundo del porno, y lo complicado que resulta llegar a lo más alto. No vale solo con tener una cara bonita y muchas ganas de darlo todo ante la cámara. Bella entiende que si quiere destacar debe ir más lejos, así que le pide a su manager hacer escenas mucho más duras. Después de tener una mala experiencia en una de ellas, Bella se enfrenta a su manager y lo despide, aunque pronto se da cuenta de que la única manera de triunfar es romper con todos sus límites y tabúes. Así vuelve a intentarlo de la mano de Ava, una de las actrices más famosas del momento, quien no duda en tratarla mal fuera de cámara. A pesar de todo, Bella sigue adelante con su escena en común, descargando toda la rabia que lleva dentro. En este punto se da cuenta de que ya no hay marcha atrás…
Sofia Kappel, su protagonista
En el corto de 2013, también escrito y dirigido por la misma Thyberg, la historia cambiaba un poco con respecto al largometraje. La protagonista era Marie, una joven que quería atreverse a probar sus límites sexuales en escenas porno bastante duras. La esencia del proyecto se mantuvo, pero está claro que una historia así debe ampliarse para un largometraje. Por eso, Thyberg llevó a su protagonista a Los Ángeles, para enfrentarla al codicioso e hipercompetitivo mundo del porno. La elegida para dar vida a Bella Cherry, protagonista del filme, fue la actriz sueca Sofia Kappel, una joven debutante de apenas 20 años cuando se grabó la película. Kappel fue escogida directamente por la directora, que la convenció para un proyecto que al principio la asustaba por su temática.
Y es que todo el peso de la película recae sobre la joven actriz, que demuestra estar a la altura de la situación y nos deja un papel increíble. Su belleza no deja a nadie indiferente, y tiene ese toque morboso y sensual que nos hace rápidamente imaginarnos que podría triunfar en el porno. Físicamente lo da todo, enfrentándose al reto de rodar escenas bastante duras como si fuera una verdadera actriz porno. Las escenas, por supuesto, fueron totalmente controladas y rodadas con la máxima profesionalidad. Sin embargo, es el arrojo y la intensidad que pone Kappel lo que hace que nos creamos que todo es cien por cien real. La chica ha comenzado ya a trabajar en otros proyectos, aunque todavía no se sabe si tendrá una carrera larga como actriz.
Recepción de la crítica
Tras vencer con su corto en 2013 en una de las secciones del festival, Thyberg logró llevar su largometraje a Cannes en la edición de 2020, que finalmente no se celebró. El preestreno oficial de la cinta tuvo lugar en Sundance, festival indie por antonomasia, donde llamó mucho la atención por la manera en la que se acercaba al porno. La película sería posteriormente distribuida en toda Europa y Norteamérica, llegando a generar casi medio millón de euros en taquilla, un resultado bastante limitado si tenemos en cuenta el revuelo que creo. Las opiniones de los espectadores y la crítica, sin embargo, fueron mayoritariamente positivas, así que es muy probable que Thyberg pueda seguir trabajando en nuevos proyectos tras este largo.